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sábado, 17 de enero de 2009

Un solo Vino para una Comida?

La opción de un vino único en el curso de una comida no tiene por qué ser sinónimo de restricción ni pobreza en la elección. Y si desea evitar las mezclas, no pensar en el orden de los vinos en la mesa o, simplemente, limitar su presupuesto, un solo vino puede resultar espléndido, siempre que lo elija bien.
Sea en casa o bien en el restaurante, puede organizar su comida basándose en un solo vino. Ciertamente, el sommelier siempre tiene tendencia a proponerle diferentes botellas para conjugar los platos con los vinos. Y sin embargo, un mismo vino puede demostrar ser un maravilloso compañero si usted sabe respetar la armonía gastronómica. De este modo, en verano, el rosado puede ser el gran favorito. Regálese con la preparación de almuerzos estivales que puede regar con Navarra, Cigales, Penedés o Rioja, que se unirán perfectamente con las carnes a la brasa, las ensaladas y la fruta fresca.
Prioridad a la juventud
¿Prefiere usted el tinto? Tanto en verano como en invierno, elíjalo joven (menos cinco años) y que conserve aún su carácter frutal. La paleta que se le ofrece es vasta: un rioja de cosechero, o incluso un crianza de la cosecha más cercana, un somontano, un ampurdán-costa brava: por supuesto, un merlot joven del Penedés. También puede elegir los tintos navarros de poca edad o, en Galicia, los aromáticos Amandi de la Ribeira Sacra. ¿Desea usted optar por un blanco? Oriéntese, pues, por los vinos jóvenes y expresivos. Un verdejo de Rueda; un blanco del Penedés; un albariño de Rías Baixas fermentado en acero inoxidable (no en barrica de roble), un moderno blanco manchego o un varietal del Somontano. Existe una variedad tal de vinos que sería sorprendente que no encontrara uno conforme a sus gustos.

Respetar las combinaciones gastronómicas...
Eligiendo un vino único para su comida, procure evitar dos excesos.
* La falta de personalidad. Ciertamente, el vino irá bien con todo, pero corre el peligro de convertirse en una simple bebida para apagar la sed, en detrimento del placer del vino.
* El exceso de taninos. El vino afirmará su carácter, subrayará su presencia, pero dominará a ultranza sobre los platos.
¿La solución? Inclínese en su selección por el vino que se asocia mejor con e plato principal, procurando que combine bien con las entradas y los quesos, si los hay al final de la comida que pueda preparar. Conviene quedarse entre los parámetros de lo clásico y respetar las grandes líneas del arte de beber.
No olvide el rosado
A este respecto, existe una cuestión que se plantea a menudo cuando se trata de acompañar el marisco. ¿Podemos descorchar una botella de vino tinto? No es imposible, pero sí difícil. Evidentemente, el vino blanco seco parece ser la mejor elección. Pese a ello, algunos tintos pueden ser indicados. Debe dar su preferencia a los vinos que se beben jóvenes, poco tánicos y particularmente minerales. Cuando elija un vino tinto para toda la comida, procure que no haya pasado por madera o que esté muy poco marcado por el roble. Así podrá enfriarlo un poco, a 14º C, y servirlo con los pescados.
Y no olvide que el rosado puede ser una opción definitiva. Pero elija un rosado con personalidad, sin caer en el pecado de buscar ofertas de saldo. Un fenómeno de actualidad.
En el contexto actual, elegir un solo vino para toda la comida no es incongruente. Nuestros almuerzos lo prueban frecuentemente. Una de las razones es que deseamos permanecer lúcidos sin por ello renunciar a la alegre convivencia en la mesa. Además, la unidad de los alimentos en el curso de una comida ha entrado igualmente en las costumbre: en un restaurante de pescado se hará una comida a base de pescado. Podemos limitarnos perfectamente sólo a un buen vino, y nuestras papilas no tendrán tiempo de aburrirse.

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viernes, 9 de enero de 2009

El Porque de los Efectos Saludables del Vino

Hoy en día son varios los estudios que han demostrado los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino y cava en la salud, sobretodo en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las investigaciones sobre vino y salud son relativamente recientes, ya que no fue hasta finales del siglo XIX cuando se comenzaron a analizar los elementos que contenía el vino, tratando de atribuir sus efectos beneficiosos a algún principio activo.

El Wine Institute americano fue el primer organismo que empezó a becar estudios sobre los beneficios del vino en la salud en 1937, pero no fue hasta principios de la década de los noventa –con el estudio de la “paradoja francesa”- cuando se publicaron los primeros resultados que demostraban científicamente los efectos saludables del vino. Según estos estudios, y los que se realizaron posteriormente, las personas que consumen vino y cava en cantidades moderadas presentan una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y, generalmente, el consumo de un par de vasos de vino se asocia con una reducción de entre un 30 y un 40 %, en el riesgo de sufrir enfermedades coronarias.

Los principales responsables de los beneficios del vino y del cava en la prevención de estas patologías son los polifenoles. Estos compuestos, procedentes de la uva, actúan como antioxidantes modificando los niveles de colesterol, reduciendo el LDL –o colesterol malo- y aumentando el HDL –colesterol bueno-, ayudando a evitar la formación de trombos y la aparición de arterosclerosis, que actualmente es la primera causa de las enfermedades coronarias.

Según se ha demostrado mediante varios estudios, muchas enfermedades están causadas principalmente por situaciones de estrés oxidativo. La oxidación, mecanismo inherente y propio de todos los organismos vivos, forma parte del proceso de envejecimiento pero una aceleración del proceso puede aumentar el riesgo de padecer cierto tipo de patologías. Cuando esto sucede, debemos aportar mediante la dieta la cantidad de antioxidantes que el organismo requiere. En este sentido, una alimentación como la mediterránea, abundante en frutas y verduras y en la que se incluye la ingesta regular y moderada de vino es altamente beneficiosa.

Otra característica importante de los polifenoles es su capacidad de combinarse con otros antioxidantes, como la vitamina E y C, potenciando sus beneficios sobre el organismo. En este sentido, cabe destacar que los polifenoles también están presentes en gran variedad de frutas y verduras. Sin embargo, y según han demostrado diversos estudios, las propiedades antioxidantes de estos otros alimentos no son tan efectivas como las del vino.
La cantidad y la variedad de estos compuestos en el vino y el cava dependen de varios factores, como el tipo de uva, el clima, el terreno, el tiempo de la cosecha o los procedimientos de prensado y fermentación. En relación a este tema conviene señalar que el cava, vino espumoso obtenido a partir de una doble fermentación, ha demostrado a partir de la realización de diversos estudios que también posee propiedades antioxidantes, por lo que su consumo moderado resulta igualmente beneficioso para la salud.

Actualmente disponemos de numerosos datos cada vez más importantes que aseveran los efectos benéficos del vino y del cava, principalmente sobre las enfermedades coronarias. Pero también se ha demostrado que la ingesta moderada de estas bebidas puede resultar beneficiosa para la prevención de otras patologías de tipo degenerativo producidas por una excesiva oxidación del organismo. Así, según diversos estudios, beber un par de vasos de vino durante las comidas puede reducir la mortalidad por cáncer hasta en un 20% y el riesgo de padecer enfermedades tales como el Alzheimer o la demencia senil en un 70%.

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viernes, 26 de diciembre de 2008

HOMBRADOS Y NAVARRA
Vinos de España

Paseo Ciruelo Edificio 717 Oficina 302 - 91808 Veracruz - Ver. México
Contactar: 229 115 66 26 - 916 111 48 18 - cafehproyecto@gmail.com

Hombrados y Navarra
Vino TINTO TEMPRANILLO
Vino BLANCO
Vino ROSADO
Vino Tinto CRIANZA 2004
Vino Tinto RESERVA 2002


Hombrados y Navarra




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domingo, 21 de diciembre de 2008

Vino y Salud

Según un estudio realizado por la Harvard Medical School se afirma que el resveratrol puede reducir los niveles de colesterol y aumentar la salud cardiovascular.
FIVIN, en su labor habitual de hacerse eco de las novedades, respecto al tema “Vino, Nutrición y Salud” y trasladar las mismas a la población consumidora con un mensaje claro, fiable y cierto, y avalado por las referencias científicas, recoge a continuación la espléndida noticia publicada en la revista “Nature”.
En efecto, el pasado mes de agosto, se publicó un estudio del equipo de investigadores del Departamento de Patología de la Harvard Medical School, liderado por el Dr. David Sinclair. En el mismo se afirma que el resveratrol puede aumentar la vida de las células de la levadura en una media del 70%. Aunque todavía no se han realizado pruebas con seres humanos, el proceso descrito podría funcionar también en niveles superiores de la escala evolutiva.
El resveratrol presente en el vino tinto y blanco, mosto y en las uvas se ha demostrado como un compuesto que puede reducir los niveles de colesterol y aumentar la salud cardiovascular, y prevenir el cáncer. Todo ello gracias a su poder antioxidante.
Este estudio reconoce este efecto protector en pequeñas cantidades con lo que debe evitarse en todo momento beber cantidades excesivas de vino.
Debemos reconocer la importancia de este descubrimiento debido a su publicación en “Nature”, revista que aparece semanalmente y publica noticias de cualquier área de ciencia con gran impacto potencial. La importancia de las noticias de Nature, a menudo se extiende más allá de los límites de la disciplina específica.
El proceso de publicación de los materiales pasa unos estrictos controles tanto científicos como redaccionales para asegurar la máxima credibilidad científica y rigurosidad de los mismos antes de su publicación. Este proceso puede alargarse incluso meses.
La referencia científica de este estudio es:
“Small molecule activators of sirtuins extend Saccharomyces cerevisiae lifespan”. David A. Sinclair et al. Departamento de Patología de la Harvard Medical School. Nature. 24 Agosto 2003.
FIVIN se congratula de este estudio que viene a reforzar la idea de las bondades del consumo moderado de vino, durante las comidas, y teniendo en cuenta las circunstancias personales del individuo (peso, edad, enfermedades, antecedentes familiares, etc...) y siempre evitando el exceso en su consumo, ya que puede tener el efecto contrario.
FIVIN (Fundación Para la Investigación del Vino y la Nutrición)Plaza Penedès, 3, 3er piso. 08720 Vilafranca del Penedès (Barcelona)Tel. 93-890.45.45 Fax. 93-890.46.11 E-mail: prensa@fivin.com


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sábado, 20 de diciembre de 2008

La Vid y Su Cultivo


La práctica totalidad de la vides cultivadas en Europa, y más generalmente en el mundo, pertenece al género Vitis y a la especia vinífera L.
Esta planta de origen mediterráneo ha sido domesticada desde hace varios milenios y ha evolucionado profundamente bajo el efecto del trabajo del hombre. Podríamos llamarla vid mediterránea (la vid que da buenos vinos), distinguiéndola de la vid americana (la vid silvestre que sólo se utiliza como portainjerto). Los focenses, los griegos y luego los romanos extendieron su cultura en el conjunto del perímetro mediterráneo. A partir del siglo XV, los españoles y portugueses la llevaron al continente americano; a través de las islas Canarias, la vid llegó a América y a Sudáfrica; luego los ingleses la implantaron en Australia y Nueva Zelanda, en el siglo XVIII.




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domingo, 30 de noviembre de 2008

Los Beneficios del Vino

El consumo del vino es algo que viene de muy antiguo. La evidencia más antigua del cultivo de la viña se remonta al cuarto milenio antes de Cristo en Mesopotamia (hoy Egipto y Siria) y, de hecho, la elaboración del vino fue una práctica corriente en Oriente Medio y parte de China ya desde 3000 años A.C. Pero además, las propiedades saludables de este alimento ya se conocían desde entonces, ya que los primeros consejos sobre las aplicaciones terapéuticas del vino por parte de pensadores como Hipócrates, Aristóteles, Platón o Galeno, describieron una serie de virtudes y propiedades curativas atribuidas al consumo moderado de vino (analgésicas, anestésicas, ansiolíticas, etc.) Lo que está claro es que el vino se ha considerado, junto con el pan y el aceite de oliva, como uno de los elementos esenciales y característicos de la Dieta Mediterránea, considerada por muchos expertos como una de las más sanas y equilibradas que existen. Según han demostrado diversos estudios, los países mediterráneos presentan la incidencia de mortalidad por enfermedades cardiovasculares más baja y una de las esperanzas de vida más altas. Esto se debe, en opinión de los expertos, al bajo aporte de grasas saturadas de esta dieta -abundante en fruta, verdura, legumbres, aceite de oliva y pescado azul- y a la inclusión de la ingesta regular de un par de vasos de vino diarios durante las comidas. De hecho, según se ha comprobado en diversos estudios, la ingesta moderada y regular de vino se asocia con una reducción de la mortalidad general de entre el 24 y el 30%, consecuencia de un menor número de fallecimientos por enfermedades cardiovasculares y por cáncer. En la Declaración de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea (1996), firmada por la OMS y la FAO, se manifestó que el vino era un alimento más en la dieta mediterránea y que, por tanto, también contribuía a disminuir el riesgo de padecer patologías crónicas como son las enfermedades del corazón, el cáncer, la obesidad y la diabetes, que afectan a sectores importantes de las sociedades desarrolladas.

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